jueves, 3 de mayo de 2007

Chiara Merino o micro-crónica de N.Y.: un encuentro fallido

La única razón por la cual no pude ir a la presentación del libro de Siri Hustvedt en el Instituto Cervantes de Nueva York fue que al mismo tiempo presentaba yo en The America's Society. Tenía una lectura de Nstra. Sra. de la Noche con Luis Rafael Sánchez, mi mentor y modelo. Aquella lectura me representaba una especie de "rito de crecimiento" literario. Pero mi alma estaba dividida. Chiara Merino, poeta boricua, junto con Julia Piera, presentaba su traducción del libro de Siri Hustvedt "Leer para tí".

Leer para ti (Reading to You), poemario de Siri Hustvedt, se publica en edición bilingüe (español-inglés) por la editorial española BartlebyEditores (http://bartlebyeditores.blogspot.com/). Cuenta con un prólogo del escritor español (simpatiquísimo y buena onda) Eduardo Lago (actual director del Instituto Cervantes en Nueva York, Premio Nadal 2005 por la novela Llámame Brooklyn y reciente Premio Nacional de la Crítica 2006 en Narrativa en España).

Siri Hustvedt (Minnesota, EE.UU., 1955) es doctora en literatura inglesa por la Universidad de Columbia. Novelista y ensayista, entre sus libros publicados en España se encuentran las novelas Los ojos vendados (1994), El hechizo de Lily Dahl (1997) y Todo cuanto amé (2004).

Reading to you (1983) es su único libro de poesía publicado hasta el momento.

La poesía de Siri no la conozco , pero sí a la personalidad. Ella es la insigne esposa del Premio Príncipe de Asturias y escritor norteamericano extraordinaire Paul Auster. Tengo que admitir que soy mala amiga y mala feminista; que nada más por estrechar la mano de este escritor, hubiera ido a la presentación. Lo admito con vergüenza, porque se supone que deba apoyar la escritura de las mujeres y verlas como entes independientes de sus maridos. demás, Siri es escritora por mérito propio.

Pero, coño, se trataba de conocer a Paul Auster, al autor de Leviathan, de esa prosa que carcome desde las páginas de su Trilogía de Nueva York, el único escritor norteamericano que he leído que trasbasa las fronteras de su etnicidad para intentar (ah, lo elusivo) dialogar con el mundo sin "perderse" en el mundo; sin intentar ser "el otro." Tenía tantas preguntas qué hacerle... ¿cómo fue que logró esa prosa convulsa, elíptica que dice sin decir en sí y que roza lo fantástico sin entrar en él? ¿Es cierto que Borges es su escritor de cabecera? ¿Cómo fue que sobrevivió como escritor fantasma en París? ¿A quién le escribió sus libros? ¿Esa experiencia (la de escritor fantasma), puebla de alguna manera al personaje final de la Trilogía de N.Y.?

Todas esas preguntas se quedaron en el tintero. Me tocaba ser escritora y no fan. Me tocaba doblarme el tobillo en Nueva York y no poder recorrer esa cuidad que me gusta tanto; intentar llegar, aunque fuera a destiempo, a la presentación. Me tocaba no ver a mi amiga Chiara presentar sus traducciones de la esposa de Paul Auster.

Quizás, fue el turno de no hacer el ridículo, porque de seguro hubiera hecho el papelón, haciéndome sacar fotos con Paul, y llamarlo así "Paul" , como si le conociera; abordarlo con preguntas que a él le hubieran aburrido e incomodado a su esposa, que era la verdadera estrella de la noche. Yo que sé... Pero insisto; me hubiera gustado conocer a Paul Auster , verlo brillar contra una noche niuyokina y darle las gracias por sus textos, que me completan y me aturden tanto.

Y de paso, conocer la poesía de Siri... Es más, quizás ella sea la clave para entender mejor a Paul Auster. Sus ojos mucho debieron haber afilado las páginas de sus libros. Su espalda mucho que debió haber sostenido al escritor. A fin de cuentas, organizar las tramoyas de la vida sigue siendo trabajo de mujer.

semana de la biblioteca en Loiza

Sergio Ramírez-El más generoso señor de los tristes



Nunca entendí del todo a Centroamérica. Todos los Atlas suponen que, junto con el Caribe, Centroamérica compone una sola región, con climatología, geología, población y culturas similares. Sin embargo, tengo un conocimiento digamos que parcial de la cultura centroamericana actual, y de su producción literaria. Conozco al periodista y novelista costarricense Carlos Cortés y a su novela "Curz de olvido", a la poeta y novelista Gioconda Belli, de Nicaragua. También a Eunice Odio, a Eulalia Bernard y a varios escritores afro-latinoamericanos de la región. Uno de mis escritores favoritos en el mundo entero es Augusto Monterroso, sobretodo sus elucubracines en "La letra E" y sus fábulas modernas en "La oveja negra y otros cuentos". Pero mis conocimientos de la literatura actual de Panamá (que tanto se nos parece a Puerto Rico, Cuba, Sto Domingo, Jamaica...). Nicaragua, Guatemala, El Salvador, en fin, de Centroamérica entera es exingua. Tengo que ponerme en talla...

Pero la cosa va cambiando. Conozco más gracias a la revista Carátula y a las novelas, cuentos, artículos y libros de ensayos del escritor nicaraguense Sergio Ramírez. Premio Alfaguara de novela, este ex-vicepresidente sandinista estuvo el año pasado en Puerto Rico , promocionando su libro "El señor de los tristes". Dicho libro recoge toda una serie de ensayos acerca del oficio de escribir. Relata, por ejemplo, la terrible batalla entre el compromiso político y la literatura, batalla que le costó diez años de silencio literario. Nos habla de sus amores por la tinta, de sus obsesiones con la corrección y la escritura; sus lecturas de clásicos, lo que para él supone la función de un escritor en la sociedad latinoamericana moderna (o post-moderna, o transmoderna, como prefiero llamarla). En fin, que les recomiendo este libro de Sergio Ramírez, si quieren habitar por un momento la cabeza de un escritor complejo, vecino y amigo.

Sergio Ramírez tuvo a bien contestarme estas cinco preguntas para "Lugarmanigua". Las comparto en la blogosfera...

1- Si pudieras escribir con otro órgano que con la mano, ¿cuál escogerías?, ¿Por qué?

Los ojos. Sería la síntesis perfecta, la visión creando visiones.

2- ¿Qué libro estás leyendo ahora mismo?

El día de todas las almas, de Cees Nooteboom, una estupenda novela holandesa que tiene por escenario Berlín, muy honda y desolada escritura.


3- ¿A qué personaje de la historia te gustaría matar bien lenta y dolorosamente?

Hitler, pero cómo hacer para que sean dos, Hitler y Stalin.


4- ¿Sobre qué tema no escribirías jamás?

Nunca lo había pensado así, vedarme yo mismo un tema para la escritura. Hasta hace poco creí que nunca escribiría sobre animales, y me salió todo un libro de cuentos que los trata como tema.


5- ¿Quienes te hubiera gustado que fueran tus padres literarios? Es decir, si pudieras casar a tal escritor (hombre o mujer) con otro u otra para que te pariera, ¿a cuáles dos escogerías?

No necesita ser una pareja bien avenida: Faulkner, viejo terco alcohólico del sur profundo y rural de Estados Unidos, casado con George Elliot, (Mary Ann Evans) una dama de la Inglaterra victoriana, abstemia y de buenos modales. Imagínate, se puso un nombre de hombre para firmar sus libros, porque como mujer no la hubieran creído capaz de escribirlos.