blog de la escritora puertorriqueña Mayra Santos-Febres. Contiene textos editados e inéditos, comentarios y datos personales
lunes, 3 de noviembre de 2008
IVAN THAYS 1ER FINALISTA DEL HERRALDE
El 24 de febrero, en un avión de American, aterrizó a eso de las 10 pm Iván Thays por primera vez en Puerto Rico. Lo invitaba la Universidad , recinto de Río Piedras, y su programa de Estudios Interdisciplinarios y el Salón Literario Libroamérica de Puerto Rico. Impartió 4 talleres libres de costo al que asistieron 45 personas. También ofreció la charla "Sueñan los escritores con ovejas eléctricas" acerca del la relación entre literatura e internet. Y, como regalo al país y para apoyar la iniciativa del Salón Literario Libroamérica en Puerto Rico (instituci´øn- mental- que presido), leyó una primicia de su novela "Oreja de perro" en el viejo San Juan.
Hoy se falló el Premio Herralde de novela, el más importante de Iberoamérica. Iván Thays quedó 1er finalista de dicho prestigioso premio, precisamente con su novela "Oreja de perro", cuya primicia presentó en Puerto Rico.
Desde esta remota isla del Caribe que sabemos que quieres tanto, Iván, te felicitamos y agradecemos por ese triunfo para tí y para todos.
Estoy loca por montarte de nuevo en un avión, darte un besote inmenso e irnos a bailar salsa por las calles de San Juan, para celebrar como se debe ese premio que nos has ganado.
NSTRA SRA DE LA NOCHE- HARPER COLLINS/RAYO EN BORDERS
La atmósfera estaba cargada. Justo al lado, en el Coliseo Hiram Bithorn, Fortuño cerraba campaña. Un furioso ondear de banderas, bocinas y gritos de victoria anticipada poblaban la noche. Gente vestida con logos de campaña electoral se bajaba de autos, ataponaba las calles, ocupaba las aceras. Las elecciones se avecinan. El pueblo y sus facciones están en ánimos de contienda. Ese escenario fue el contexto para la presentación de la nueva edición por Harper Collins de "Nuestra Señora de la Noche".
Llegué a las 7:00pm y, la verdad, no esperaba encontrarme con lo que me encontré. El auditorio de la Librería Borders estaba lleno. Hubo gente que se sentó en el piso, que se acodó contra los anaqueles para escuchar un cuento, para conversar sobre literatura. Un nutrido público se dió cita para oir cómo (hace mucho tiempo, en una isla del Caribe llamada Puerto Rico) vivió una mujer proscrita, madama de un lupanar , que se convirtió en la mujer más rica y poderosa de las islas.Isabel Luberza Oppenheimer, Isabel La Negra, supo navegar las agitadas aguas del poder político, moral y legal de su tiempo. Logró, quien sabe cómo, durante 40 años, que todas esas esferas actuaran como sus cómplices, protectores y aliados- aunque después se convirtieran en sus asesinos.
Los reunidos en Borders, leíamos el libro, conversábamos sobre Isabel La Negra esa noche del 1ro de noviembre, al filo de unas elecciones históricas. Partidos divididos, recesión, un gobernador que decide postularse mientras lo acusan de violación a la ley electoral ,otro candidato ex-gobernador que, contra los designios de su partido, insiste en que voten por él a través de inscripción directa en papeleta, un nuevo partido (la cuarta opción) con verdadera posibilidad de amasar votos... La gente participa del gran escenario massmediático en que se ha convertido la esfera pública. Y a la vez, la gente pide cambios reales, opciones nuevas, revisión de lo de siempre. Gran contradicción de la noche. En una esquina, un grupo de nativos nos reunimos en torno al fuego sagrado de una historia. Volvemos al origen de la tribu. Oímos relatar una versión de nuestro pasado. Lo pasajero y lo infinito convergen y vuelve a pasar lo de siempre: el poder rompe, mata, reorganiza y olvida. Los shamanes, bohiques, magos- recuerdan las epopeyas del poder. Los cuentos (que cante el aedo, el griot) se quedan, permanecen, mantienen el continuo.
Y ambas caras de esta moneda que es lo humano son necesarias para la vida.
Agradezco a los que se lanzaron a cruzar el oscuro mar de las avenidas pre-eleccionarias (embate de banderas contra la noche, sonido de alas de murciélago y bocinas) para oirme contar (de nuevo) esta historia.
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