lunes, 30 de marzo de 2009

FAJARDO ACERCA DE BABELIA


Este comentario me lo envía mi gran amigo, el escritor español José Manuel Fajardo. Creo que es pertinente para las discusiones acerca de globalización y literatura. Además, el siempre brillante Fajardo se bota con sus comentarios.

Mayra, queen of babel, me ha gustado mucho tu artículo y además me parece de lo más oportuno.

Al leerlo he pensado en que habría que cruzar la idea de "universalidad" con el concepto de "ruido": el eco mediático puede ser global pero tan sólo es ruido, lo universal no se percibe como tal en directo, como si fuera una transmisión de TV, sino que precisa de tiempo y silencio para asentarse y comenzar a medrar en el imaginario colectivo. Para calar hondo y no deslizarse como un ruido más en medio del estruendo reinante. Así que te propongo como axioma la incompatibilidad entre universalidad e impaciencia.

Por otro lado, veo que en Europa a los autores del llamado Tercer Mundo se les pide, más aún, se les exige que muestren su "particularidad", su exotismo. Cuando un autor de Cuba, por ejemplo, se permite escribir una novela en la que no hay nada "cubano" (por ejemplo: Ena Lucía Portela y su novela "Djuna y Daniel", que transcurre en el Paris de los años 30 y cuenta la vida de Djuna Barnes, o sea, nada que ver con Cuba) pues los editores franceses, por ejemplo, no lo ven con buenos ojos, aunque su libro sea excelente. ¿Cómo se le ocurre a un tercermundista hablar de lo que le dé la gana? ¡Ni que fuera Graham Greene, que era inglés y por tanto podía escribir del rincón del mundo que le saliera de los cojones!

A lo que yo le contesto...

Querido Faji:

Pusiste el dedo en la llaga, al menos en mi llaga. Es claro que los de América somos los exóticos y nada más (salvo los argentinos, quizás, por eso la referencia a Borges en mi artículo). El resto tenemos que quedarnos en el imaginario estipulado de Occidente- putas, guerrillros, narcotraficantes, imigrantes, todo cuerpo. Si no, no les interesamos a los franceses. Esta es la razón por la cual todos los escritores del lado de acá estamos escribiendo lo que escribimos, la razón por la cual Volpi escribe sus novelotas sobre la Historia de Occidente (para ver si lo dejan entrar y no le exigen que vuelva a escribir otra novela sobre la revolución mexicana), Thays sobre un tipo depresivo que se le muere el hijo en Perú y Edmundo escribe sobre tecnología y gringos y Gamboa sobre inmigrantes y Zambra sobre la experiencia de ser padrastro. Pero si el backdrop no es América y "su corazón de las tinieblas", la cosa va mal. Y aún así.

Bueno, a Volpi le va bien, pero es porque tiene todo un país con infraestructura literaria detrás, con puestos para escritores- attachés culturales. Sino...

En el Caribe la tenemos peor por el asunto "reinodestemundista" , lo negro, la brujería, el caudillismo hereditario socialista, etc. Y si te toca haber nacido mujer en este mundo literario de hombres (60 a una son las estadísticas, por cada 60 escritores varones hay una escritora mujer) entonces estás jodida. De eso trata la novelita "Fe en disfraz" que te envíe y que ahora sale por Alfaguara- te mando copia tan pronto salga. Y por eso es lo de Salón Literario y la feria, para seguir aunando foros para hablar de estos temas y descentralizar un poquitiiiiito el estado de la cuestión.

Pero esa es la llaga, la exotización y reducción a mero espectáculo del cuerpo y la miseria todo lo que no es Occidental. Ni con haber sido profesora en Harvard, ni con chavos, ni con cuatro idiomas en las costillas, ni con doctorados y publicaciones dejas de ser la exótica. "Baila, negra, baila" te dicen. "No hables, baila."

Y entonces, ¿qué haces?

Yo ya decidí. Voy seguir señalando cómo funciona el armazón. Buscar aliados que escriban sobre estos temas en foros públicos y cuando me dejen, hacerlo yo. Nunca quitarme la ropa frene a ojos enemigos y bailar, que siempre hace falta, pero en mis términos. Dejando ver la llaga.

un beso
Mayra


Para quien no lo sabe, José Manuel Fajardo es autor de varias novelas escandalosamente bellas. Les recomiendo "La belleza convulsa" y "El converso". Nació en Sevilla, vive en París.