lunes, 17 de mayo de 2010

SOBRE LA UNIVERSIDAD

Una verdadera universidad no puede vivir de espaldas al diálogo. La
imposición unilateral es la antítesis de los valores que encarna una
universidad. Veintisiete días de huelga en la Universidad de Puerto
Rico son ejemplo elocuente de ambas máximas.

Un diálogo honesto requiere voluntad de las partes de alcanzar un
acuerdo. Un diálogo honesto requiere que quien negocie tenga verdadero
poder para tomar decisiones. Un diálogo honesto requiere tener los
objetivos bien definidos. Un diálogo en el que la estrategia sea cómo
vencer al otro no es un diálogo honesto. Un diálogo en el que quienes
están sentados a la mesa, después del esfuerzo de exponer y escuchar
las posiciones en conflicto, se declaren sin poder para llegar a un
acuerdo, tampoco es honesto. Un diálogo sin objetivos específicos
tampoco lo es. Veintisiete días de huelga lo prueban.

La Junta de Síndicos, en especial su Presidenta, el presidente de la
Universidad y los rectores de los recintos, tienen que aceptar
de una vez por todas que no ganarán este conflicto a través del
cansancio de los estudiantes en huelga o procurando un respaldo
público del Gobernador; mucho menos, con el despliegue de fuerza de la
Policía para que se impida la entrada de alimentos y agua a los
estudiantes o la comunicación de los estudiantes con el exterior u
ordenando el desalojo de los estudiantes. Esta estrategia lo único que
traerá será una tragedia.


Si la Universidad de Puerto Rico ha establecido una tradición de
consultas para elegir decanos, rectores y a su presidente, ¿por qué no
puede hacerlo para encontrar soluciones a sus problemas fiscales?
¿Acaso no son más llevaderas las decisiones difíciles cuando son
resultado de un diálogo participativo e incluyente? ¿Acaso no hay
áreas donde recortar gastos antes de aumentarles los costos a los
estudiantes y quitarles derechos adquiridos?

Quienes suscribimos esta carta, preocupados como estamos por los
acontecimientos en la Universidad de Puerto Rico, reclamamos que
administración y liderato estudiantil de la Universidad aumenten sus
esfuerzos en la dirección del diálogo honesto, basado en los
verdaderos valores universitarios. Esperamos que den cátedra al resto
de Puerto Rico y al mundo de la capacidad del diálogo como forma
fundamental de solucionar conflictos.

Mayra Santos-Febres
Mario Santana Ortiz
Moisés Agosto
Pedro Ortiz
Marilú Carrasquillo
Tere Dávila
José Caez
Ana Maria Fuster
Daniel Torres
Francisco Font Acevedo
Mario R. Cancel
José Anazagasty