lunes, 5 de mayo de 2008

MAXIMAS HIPERREALES

MAXIMA#1: Tiempos hiperreales

Vengo de un lugar donde la realidad lo es todo. Lo que no ocupa el dato, lo ocupa el simulacro de lo real. La imagen de lo que es absolutamente cierto, vivible, palpable, medible. La “documentación”. De ahí vengo.

La imaginación, acaso, también está ocupada, invadida. Me da trabajo la metaliteratura, lo fantástico, lo no-creíble. Me da trabajo la literatura que se ve a sí misma en su fabulación. Sólo puedo leer a Kafka porque es lejano y ajeno. Sólo puedo leer la imaginación como ironía de lo real.

Es mi condena.

Y digo… vengo de los tiempos hiperreales.
Eso es el futuro.
(mi pasado)


MAXIMA #2

No sé lo que escribo. No sé, por ejemplo, si esto que tecleteo debe ser lo que debe editarse, borrarse. Me da vergüenza pensar, hablar, es decir, con los que me anteceden. Ahora mismo hablo con Lipovetsky, con Virginia Wolf, con Winnett de Roca y con Guadalupe Santa Cruz. Me siento usurpadora. Me siento que no debo hablar.

Guadalupe Santa Cruz es una escritora chilena. Pienso en Diamela Eltitt y en el último libro de Cristina Rivera Garza. Literatura de mujeres que insiste en la no-rrealidad de los relatos construidos, en la trampa del género que sólo se puede nombrar desde el otro lado del lenguaje como representatividad. Veo los goznes de la teoría. Recoil!!!

Trinh min-Ha, pienso en Trin min-Ha, la vietnamita. La mujer como lo otro. Siempre. Como el vacío. Pienso en Pizarnik.

(No quiero pensar).

Prefiero la repetición. Prefiero lo fantástico como ironía de lo real (y no como su superación, su “trans”). Prefiero los “reality shows”. Prefiero el simulacro. Judith Butler y su discusión acerca del género como puesta en escena no dice la verdad. El género es lo innombrable, la experiencia de las hormonas, de líquidos frenéticos que determinan, nadie sabe cómo, la pasividad, los huecos o la propensión a trepar árboles, a querer matar.

El género tan sólo se convirte en una puesta en escena cuando se lo quiere trascender, ironizar. Cuando se vuelve “hiperreal”. Transgénero. Transexual.

Las mujeres somos transexuales por naturaleza.

(Acabo de pensar una barbaridad)

MAXIMA #3

“Nosotros ya no estamos aquí. La nuestra es la época del desencanto ante la posmodernidad misma, la época de la desmitificación de la vida, enfrentada al hecho de estar en una escalada de inseguridades”.

La sociedad en riesgo de Ulrich Beck, comentada por Lipovetsky. Comentada por mí, diría simplemente “nosotros ya no estamos aquí. somos hiperreales (otra vez el hueco), ondas más creíbles que lo tangible, seguros y tranquilos ya en nuestra inmanencia. No transcendemos nada. Simplemente no estamos”.

MAXIMA #4
Temo ser provinciana. Esa es la verdad. Temo que nadie nunca me vea, que nunca haya lugar para mi realidad en la imaginación de la especie.
soy negra, soy mujer, pienso. escribo, quiero escribir más que la historia, más que la antropología

¿tendre(mos) algún día acceso a la teoría? ¿a los altos pensamientos? ¿a los grandes diálogos?
¿tendré algún día acceso a los discursos del no-cuerpo? ¿es decir, de la Razón?

una contradicción

Para mí ni para los míos, oh mi pequeño rebaño… la imaginación es la negación de la existencia. De los discursos de la existencia.

Temo, como Clarice, a la devoración. Celebro, como Clarice, que hoy no fui comida. Pero de ninguno de los lados existo…

De otro lado de la imaginación, está el vacío. La imaginación niega la existencia de lo que no goza de referentes para pensar.

MAXIMA #5

Mi país no existe. Nadie se lo puede imaginar. No se rige por las leyes establecidas, ni rompe ninguna ley. No es ni siquiera marginal. No tiene ni Fidel ni Lula. No elige presidentes ni sufre dictadores. No tiene volcanes. La rumba, el sexo, aquí no son escapes. Son puros simulacros.

Nadie quiere pensar.

Pensar es dialogar con los maestros. Mostrar lo lejos que quedamos de los maestros. El muro de Berlín cae tan lejos. La globalización ocurre allá. Somos una pequeña colonia, una isla perdida. Un no-país.

¿Hablará en mi la alienada, la que se supone que suprima, que corrija , que la obligue a no decir la verdad?

MAXIMA #6

Mi piel no existe en el discurso; ni siquiera en el hueco del discuro, ni por debajo del no-discurso de la oquedad. La gente como yo no es lo otro del lenguaje. No es la subalteridad. Es el puro músculo tembloroso. La lengua propia, eso, lo que serpentea resbalosa en una boca. El mordisco que le saca sangre.

Ni el grito acaso

Utterance, mugidos.


MAXIMA#7

Soy la bestia. Demasiada carne, tetas, leches, hijos, demasiada melanina. Soy la bestia que ha mutado. Pienso. No debo pensar.

MAXIMA#8
Escribo. Soy la escritora. Lo imposible.La escritora negra. ¿Más allá de la sociología, habrá algo que pueda decir? Más allá de la historia imposible de mi estirpe? La historia imposible de imaginar.

¿Qué cuento? ¿Qué contenido deben retener mis torpes letras?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estas máximas son un buen comienzo para tus "torpes letras". La idea es leer, pensar, y sobretodo, ser valiente. Buena suerte en no distraerte en tu camino.