jueves, 7 de julio de 2011

MUERE DON RICARDO ALEGRIA



Don Ricardo Alegría, historiador y arqueólogo, murió hoy a la edad de 90 años. Con casi un siglo de vida, Don Ricardo dedicó toda una vida al trabajo por la preservación del patrimonio cultural. En 1955 fundó el Instituto de Cultura Puertorriqueña. Dirigió dicho instituto 18 años. También fundó la revista Caribe, el Museo Las Américas y el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe.

Tuve el privilegio de trabajar con Don Ricardo Alegría en muchas ocasiones. No desaprovechaba oportunidad para contar la historia de lo que fue recuperar San Felipe del Morro y Ballajá para uso de los puertorriqueños, la historia de la restauración del Convento de los Dominicos, las excavaciones de los asentamientos indígenas y creación del parque de conservación de Caguanas. Nos contó a todos los que quisiéramos oirlo cómo hizo la antropología de las Fiestas de Loiza Aldea y cómo documentó toda esa tradición afropuertorriqueña. Una cosa es irrebatible y es que Don Ricardo Alegría fue uno de los principales responsables en ir armando, pieza por pieza, el riquísimo rompecabezas de lo que constituye hoy por hoy la cultura puertorriqueña.

Cuando logró que se fundara en el 55 el ICPR, muchos fueron los que lo atacaron, aludiendo que Puerto Rico no tenía cultura. Que el botar dineros en la fundación de ese "Instituto" era un mal uso de los pocos recursos que tenía la Isla para alimentar patrañas y remanentes engañosos de culturas pasadas y ni siquiera oriundas , unas cuantas piedras amorfas y los cantos y ritos primitivos de los hijos bastardos de colonizadores y de negros esclavos.

Eso fue lo que dijeron; lo de siempre, que la cultura no hace falta.Que un país pobre y pequeño no debe ni siquera plantearse el lujo de querer una cultura para sí. Con baile, botella y baraja debe bastar.

La última vez que conversé con Don Ricardo Alegría fue a propósito de la celebración del Festival de la Palabra del 2011. Lo llamé en abril para pedirle un mensaje especial al país el día de la inauguración del Festival. Me acababa de enterar que en una celebración muy íntima, el gobernador de Puerto Rico, Hon. Luis Fortuño acababa de develar una tarja que le pone su nombre, el de Don Ricardo Alegría, al Cuartel de Ballajá. Contra viento y marea, y en contra también de los mejores consejos de nuestros asesors económicos del Festival (que son muchos, a Dios gracias, y todos trabajan ad honorem, hay que decirlo) insitíamos en celebrar el Festival en el Cuartel de Ballajá, el más grande cuartel militar español en Las Américas. El imperio español no dejó edificación militar de mayor monumentalidad en ningún otro de sus antiguos territorios. Nosotros insistíamos en convertir a Ballajá en una gran Plaza Mayor para la celebración de nuestra cultura, de nuestra palabra escrita, una que nació de la violencia, pero que se proyecta hacia una convivencia que valora y defiende las diferencias; de eso que Don Ricardo defendió tanto y que nos hace hermanos de todos los países de habla hispana y de sus diásporas. Hermanos, aclaro, no hijos ilegítimos, ni posesión, ni agregados. En ese Cuartel íbamos a recibir al Premio Cervantes del 2010, Ana María Matute y queríamos que Don Ricardo estuviera presente para recibirla.

El mismo Don Ricardo Alegría se puso al teléfono. Se excusó. Me dijo que aunque su mente seguía clara, aguda, ya su cuerpo lo estaba traicionando. Que le diera la bienvenida a su nombre a nuestra máxima escritora invitada y a todos los otros 41 escritores extranjeros que participaban a nuestro Festival. Nos felicitó por nuestro trabajo y me dijo: "Puerto Rico es el país de los mejores primeros intentos. Cada cosa que hacemos por primera vez, la hacemos bien. El problema está en mantener los esfuerzos, en crear continuidad. La gente se desanima rápido y no la culpo. Son tantos los obstáculos que le ponen en el camino. Pero hay que perseverar. He visto que tú has perseverado con tu Festival y con tu trabajo. Sigue así".

Lo intentaré, Don Ricardo, lo intentaré. Descanse en paz.