sábado, 2 de febrero de 2013





NO SE TRATA DE GAYS CONTRA LA IGLESIA.: SE TRATA DE DERECHOS CIVILES


He estado siguiendo bien de cerca el debate que se está desarrollando en la prensa, la radio y la televisión acerca del proyecto de Ley 238 que prohibiría el discrimen en empleo público y privado por orientación sexual. Hasta ahora, los voceros a favor y en contra de la Ley se  mueven entre los polos que, tradicionalmente han esgrimido posturas irreconciliables en cuanto a los derechos civiles de la comunidad gay y lésbica en Puerto Rico y en el mundo entero- la Iglesia y la Comunidad LGGBT.

La manera en que se está  encuadrado el debate deja fuera a una inmensa mayoría de la población de Puerto Rico, una población que tiene hijos, hermanos, tíos, amigos, jefes, colegas, vecinos gay y lesbianas . Para ninguno de nosotros este debate significa un problema de moral, ni tampoco de identidad, ni de convicciones religiosas. Esto es un problema de legislación y de defensa de los derechos ciudadanos.


Además, nos representa un problema económico. ¿Quién si no las familias ya bastante empobrecidas del país absorverá el gastos de manutensión de un trabajador despedido por puro acto discriminatorio? ¿Cómo se afecta la empresa , la comunidad  y la economía  con el desempleo de un buen servidor público o privado por el mero hecho de que tiene una orientación sexual diferente? ¿Qué tiene que ver la manera en que  le tocó a uno amar y conducir su vida privada con el rendimiento en el empleo? ¿Por qué prestar una excusa más (la orientación sexual en este caso) para que patronos sigan botando empleados a las calles ya atestadas de gente desocupada?


Para aquellos que no hayan leido el Proyecto de Ley (les invito a que lo hagan, es un documento corto y posteado en internet, de fácil acceso), verán que en ningún momento se está hablando de algo más de lo que se plantea: el discrimen en los empleos públicos y privados por orientación sexual en Puerto Rico. Cito el proyecto del ley:.


“Por eso, esta Asamblea Legislativa entiende que no se debe seguir postergando el tomar acción al respecto y considera necesario legislar sobre este asunto. No debemos tolerar  más ningún tipo de discrimen por razón alguna.  Debemos asegurarnos que los únicos criterios de evaluación sean únicamente las cualificaciones que se le exigen a una persona en el empleo.  Asimismo, esto aplica  no sólo a la hora de solicitar el trabajo,sino que una vez lo obtengan, que no sea discriminado o rechazado por orientación sexual o cualquiera otra de las circunstancias protegidas por las leyes. Al reconocer un derecho tan fundamental como es la protección contra el discrimen por orientación sexual se le hace justicia a miles de empleadas y empleados públicos o privados que le sirven bien a este pueblo y que merecen un trato igual y digno en el empleo”.

Lo importante  de la Ley 238 es que, de ser aprobada, proveerá un marco jurídico fuerte para prohibir la conducta discriminatoria por razones de orientación sexual. Este proyecto de Ley debe enorgullecer y tranquilizar a los defensores de la democracia en Puerto Rico. Primero, porque  adelanta la lucha por los derechos civiles, una lucha que le tanto ha costado a negros, mujeres,  gays y lesbianas, inmigrantes, a los practicantes de otra fe que no sea la católica. Segundo: porque defiende los derechos humanos; que son son precisamaente eso: HUMANOS. La humanidad es diversa, compelja, amplia y contradictoria. La democracia funciona por consenso, no por exclusion ni por imposición. Lo que debe regirnos es el contato social compuesto por una serie de leyes que garantice esa inclusion y trato justo para todos.  El día en que empecemos a pedir límites  a esa inclusión es el día en que invitamos a los demás a discriminar contra nosotros mismos.