NO SE TRATA DE GAYS CONTRA LA IGLESIA.: SE TRATA DE
DERECHOS CIVILES
He estado siguiendo bien de
cerca el debate que se está desarrollando en la prensa, la radio y la
televisión acerca del proyecto de Ley 238 que prohibiría el discrimen en
empleo público y privado por orientación sexual. Hasta ahora, los voceros a
favor y en contra de la Ley se
mueven entre los polos que, tradicionalmente han esgrimido posturas
irreconciliables en cuanto a los derechos civiles de la comunidad gay y lésbica
en Puerto Rico y en el mundo entero- la Iglesia y la Comunidad LGGBT.
La manera en que se está encuadrado el debate deja fuera a una inmensa mayoría de la
población de Puerto Rico, una población que tiene hijos, hermanos, tíos,
amigos, jefes, colegas, vecinos gay y lesbianas . Para ninguno de nosotros este
debate significa un problema de moral, ni tampoco de identidad, ni de
convicciones religiosas. Esto es un problema de legislación y de defensa de los
derechos ciudadanos.
Además, nos representa un problema económico. ¿Quién si no
las familias ya bastante empobrecidas del país absorverá el gastos de
manutensión de un trabajador despedido por puro acto discriminatorio? ¿Cómo se
afecta la empresa , la comunidad y
la economía con el desempleo de un
buen servidor público o privado por el mero hecho de que tiene una orientación
sexual diferente? ¿Qué tiene que ver la manera en que le tocó a uno amar y conducir su vida privada con el
rendimiento en el empleo? ¿Por qué prestar una excusa más (la orientación
sexual en este caso) para que patronos sigan botando empleados a las calles ya
atestadas de gente desocupada?
Para aquellos que no hayan
leido el Proyecto de Ley (les invito a que lo hagan, es un documento corto y
posteado en internet, de fácil acceso), verán que en ningún momento se está
hablando de algo más de lo que se plantea: el discrimen en los empleos públicos
y privados por orientación sexual en Puerto Rico. Cito el proyecto del ley:.
“Por eso, esta Asamblea
Legislativa entiende que no se debe seguir postergando el tomar acción al
respecto y considera necesario legislar sobre este asunto. No debemos
tolerar más ningún tipo de
discrimen por razón alguna.
Debemos asegurarnos que los únicos criterios de evaluación sean
únicamente las cualificaciones que se le exigen a una persona en el
empleo. Asimismo, esto aplica no sólo a la hora de solicitar el
trabajo,sino que una vez lo obtengan,
que no sea discriminado o rechazado por orientación sexual o cualquiera otra de
las circunstancias protegidas por las leyes. Al reconocer un derecho tan
fundamental como es la protección contra el discrimen por orientación sexual se
le hace justicia a miles de empleadas y empleados públicos o privados que le
sirven bien a este pueblo y que merecen un trato igual y digno en el empleo”.
Lo importante de la Ley 238 es que, de ser aprobada,
proveerá un marco jurídico fuerte para prohibir la conducta discriminatoria por
razones de orientación sexual. Este proyecto de Ley debe enorgullecer y tranquilizar
a los defensores de la democracia en Puerto Rico. Primero, porque adelanta la lucha por los derechos
civiles, una lucha que le tanto ha costado a negros, mujeres, gays y lesbianas, inmigrantes, a los
practicantes de otra fe que no sea la católica. Segundo: porque defiende los
derechos humanos; que son son precisamaente eso: HUMANOS. La humanidad es
diversa, compelja, amplia y contradictoria. La democracia funciona por
consenso, no por exclusion ni por imposición. Lo que debe regirnos es el
contato social compuesto por una serie de leyes que garantice esa inclusion y
trato justo para todos. El día en
que empecemos a pedir límites a
esa inclusión es el día en que invitamos a los demás a discriminar contra
nosotros mismos.
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