sábado, 9 de junio de 2007

micro-entrevista- marta sanz

Marta Sanz es una de las voces más potentes de la narrativa española actual. Contemporánea de Belén Gopegui, Marta Sanz nació en Madrid en 1967. Es Doctora en Literatura Contemporánea por la Universidad Complutense de Madrid, y actualmente trabaja en la Universidad Antonio de Nebrija en el Postgrado del Departamento de Lenguas Aplicadas y Humanidades.

Fue redactora jefe de la revista cultural Ni hablar, y ha colaborado con distintas publicaciones periódicas como ABC, Escuela de Noche o Viento Sur. Es autora de cuatro novelas: El frío (1995), Lenguas muertas (1997) y Los mejores tiempos. Por esta última obra le fue concedido el Premio Ojo Crítico de Narrativa de Radio Nacional de España en 2001. Publica su cuarta novela, Animales domésticos en 2003. Ha participado en distintas antologías de relatos como Daños colaterales, Escritores frente a la tortura Escritores contra el racismo y en Páginas amarillas, una antología de nuevas voces iberoamericanas publicada por Lengua de Trapo, en Madrid. En esa antología también aparece Volpi, Gamboa, Paz-Soldán y esta servidora.


Tuve la oportunidad de conocer a Marta Sanz en un Congreso de Literatura y Globalización en Wisconsin. En su ponencia arremetió contra los escritores españoles "metaliterarios" que sólo escriben sobre escribir y que para nada intentan echar una mirada al entorno social de la nueva España, una España "en euros", llena de inmigrantes y de viejos que se mueren de soledad en el mismo medio de la cuidad. Esta "Nueva Colmena" es lo que la incita a escribir sus novelas- de una punzante capacidad de descripción e introspección en la psicología de personajes.

Los personajes de Marta Sanz son viejos, son familias de una clase media venida a menos, en pugna con los valores de sus mayores. Son españoles enfrentados a inmigrantes en sus trabajos, vida afectiva, vida cotidiana. Son seres desterritorializados sin haberse exilado de su país. Son hijos conservadores de padres hippies, muchachas tontas en busca de un bebé in vitro y de regreso a la moral de matrimonio y de la domesticidad . Son ingenieros desocupados con problemas de ira y esposas hartas de sus maridos, pero que no los dejan porque no sabrían qué hacer con su libertad.

La prosa de Sanz es limpia y aguda, de unos hermosos vuelos introspectivos. Tienen que leerla, si les interesa la nueva narrativa española. Es una escritora de quien no se puede pasar.

Marta Sanz tuvo a bien participar en esta entrevista para Lugarmanigua. Aquí van sus contestaciones.

1. Si pudieras escribir con otro órgano que con la mano, ¿cuál escogerías?, ¿Por qué?

Con el ojo. De la mirada al papel. Todos los textos me saldrían de color verde.


2- ¿Qué libro estás leyendo ahora mismo?

"Aurelia" de Gerard de Nerval.


3- ¿A qué personaje de la historia te gustaría matar bien lenta y dolorosamente?

Lenta y dolorosamente a ninguno. Rápida y eficazmente a Hitler, a Franco, a Pinochet, a Videla... y a casi todos presidentes de los Estados Unidos a partir de la Segunda Guerra Mundial, incluido el "vigente".

4- ¿Sobre qué tema no escribirías jamás?

Sobre la nada, el hueco y el silencio. Es muy curioso ver cómo prolifera un imaginario inmenso en torno a lo no dicho. Lo no dicho no se dice y santas pascuas: todo lo demás es hablar por hablar. Huera palabrería a menudo pseudopoética.


5- ¿Quienes te hubiera gustado que fueran tus padres literarios? Es decir, si pudieras casar a tal escritor (hombre o mujer) con otro u otra para que te pariera, ¿a cuáles dos escogerías?

A dos que fueran equilibrados, ordenaditos y me dejaran salir por las noches: podríamos casar a Henry James con Edith Wharton o a José Saramago con Toni Morrison o a Coetzee con su Elizabeth Costello. La Duras y Dostoievski me encantan pero, como padres, no los querría ni regalados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mayra, sólo puedo decirte que eres espléndida en tu verbo y en tu generosidad y que lamento mucho no haber compartido contigo más ratos "paralelos" y/o extraoficiales en el congreso de Madison... ¿viste que mataron a no sé cuanta gente en Wisconsin?
Mil gracias y besos
Marta S.